ANTECEDENTE HISTÓRICO








La figura del Ombudsman o Defensor del Pueblo tal como hoy en día la conocemos, tiene su origen en Suecia, siendo institucionalizada en el año 1809 luego de una disputa entre el rey y el parlamento.
La Institución, elevada al rango Constitucional por el país nórdico, prontamente dio innumerables muestras de su eficacia, siendo entonces adoptada por otro país escandinavo, Finlandia, quien lo incluyó en su Carta Magna de 1919.
La evolución que se avizoraba de esta figura, se retrasó hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, aunque pese a ello y demostrando que la institución podía adaptarse a diversos sistemas jurídicos, fue incluida por Dinamarca en su Constitución de 1953.
Después que Dinamarca abriera las puertas del interés internacional por esta figura, sobrevino un período en el que se vio nacer gran cantidad de representantes de tan novedoso medio de control, a lo largo de todo el planeta y con distintos nombres: "Ombudsman" en Suecia, "El Contralor del estado" en Israel, "Proveedor de Justicia" en Portugal, "Mediador" en Francia, "Defensor Cívico" en Italia, "Comisionado Parlamentario" en Gran Bretaña y "Defensor del Pueblo" en España y Argentina, entre otros.
En la República Argentina la incorporación del Defensor del Pueblo es relativamente reciente. Por lo tanto, si bien existieron desarrollos a nivel provincial que antecedieron la creación de la figura a nivel nacional, el diseño legal de la Defensoría del Pueblo de la Nación Argentina (en adelante DPN) estuvo fuertemente influido por desarrollos normativos y doctrinarios europeos. A su vez, es necesario mencionar el impulso generado por la ola de reformas constitucionales que se produjeron a lo largo de Latinoamérica con posterioridad a los regímenes dictatoriales que gobernaron la región en la década de los 70s y 80s, en cuyo contexto diversos países incorporaron al Ombudsman a la compleja red de organismos de protección de derechos. Es así que en el marco de los debates que se generaron en Argentina sobre el tema ha sido recurrente la pregunta sobre cómo se lograría adaptar un organismo exógeno al engranaje institucional argentino, y qué modelo de Ombudsman era el más apropiado a tal fin.